domingo, 15 de noviembre de 2009

como el hielo- para Alberto Rodriguez

Todavia respiras. Como el hielo.
Dicen que ya esta todo escrito, cada paso un tópico en el sendero hundido por aquellos que ya vivieron.
Una vida es agua, ya se sabe, ya se sabe... Recuerdo sobretodo la historia del dragón helado que se convirtió en montaña, todavía respira, dicen los que se aproximan a su lecho y ven caer algunas piedras rodando. No se sabe si son lagrimas o miel de esas abejas que formaron colmena sin miedo al dragón, pués se cuenta que este dragón albergaba tanto a tontos como a listos y siempre dejaba un poco para aquel que llegaba con retraso, ese que llega con retraso...

La historia siempre se repite y el agüita llega de nuevo a ese punto en el que frena, ya no encuentra la vereda y gira en torno a si misma, hasta que de puro cansancio se congela. Todavía respira, es puro hielo. Reposa inquieto en un agujerin sobre nuestra cabeza. Nosotros asumimos que evaporarse es un trabajo de equipo, miramos con decisión al frente y dejamos que el hielo se caliente despacito. Pronto ya se sienten unas gotas rodar por la frente; son estas que nos dejan comprender que no hay forma de cambiar la realidad y que lo mejor será disfrutar de estos últimos intercambios. Con la cabeza fría ya el hielito aprovecha la corriente y desciende la ladera hasta un llano que lo acoge sin pensar, limpio pero ardiente, abrasador... el hielo entra en nuestro corazón y lo deja en los huesos. es tan doloroso el intercambio. Dicen que hay gotas de hielo imperturbables que nunca se evaporan, yo creo sí existen y que duermen eternamente en nuestro pecho. Pero otras siguen el camino hasta las manos, donde van a descubrirse como niños, mitad líquidos mitad sólidos. Hay que jugar con estas, contarles historias reír por puro placer y también porque nos oigan, por favor que lo ultimo que oigan sean voces de amor y de alegría, risas de fiesta y botellas vacías.

Pero aunque ya sepamos, a nosotros se nos escapa una vida de las manos.
Todavía respiras ¨abue¨, y más. Tu eres de esos que se quedan hasta que la historia se repita, de los que quieren vivir dos veces, y más, respirar con nosotros para siempre y refrescar nuestras almas cuando piensen en todo lo que aprendimos rodando a tu lado. Y como el hielo, se congelen lentamente de nuevo, quebrando el movimiento, ilógicamente, hielógicamente, por amor a la vida y sus misterios.

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