sábado, 17 de julio de 2010

Encontrado en la maraña de la red


Todo empezó con un fuerte viento, parecía que todo se iba a venir abajo. Las cañas de bambú se doblaban hasta casi llegar al suelo, los pinos se balanceaban y a las palmeras se le caian las palmas secas. Las toallas que estaban tendidas al sol salieron volando, fue entonces cuando salía corriendo detras de una de ellas que lo ví caer pero no le preste mucha atención porque estaba ocupado en salvar la colada.
Fue a la noche cuando salíamos mi pareja y yo a cenar a casa de una colega que me tropecé en el camino, y le dí una patada, pensé que parecía un balón de baloncesto, seguí sin darle importancia.
A la vuelta de la cena, mi pareja lo intercepto y se paro a mirarlo.
-¿Qué es esto?, me preguntó.
-Es una maraña, lo llevo viendo todo el día, le dije.
-Parece un nido, creo que es de ratas.
-Como va a ser un nido de ratas. Parece de pajaro.
-Pues será de una cigueña por lo menos, me refuto asombrado por el tamaño.
-No lo sé, pero me parece muy bonito. ¿Cómo no me había parado antes a mirarlo?
Entonces, comprendí que una maraña puede ser preciosa que no hay por que desenredarla, y si en esta vida lo que te ha tocado es una maraña lo que no hay que hacer es partirse los cuernos con intentar que no sea una maraña, sino ser feliz en ella.

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